martes, 20 de mayo de 2008

TESTIMONIO DE UN PADRE POR SIEMPRE COLOMBIANO

Pereira 19 de mayo de 2008


Respetados Señores

Instituciones y Fundaciones.

Me embarga una gran preocupación, porque he entrado a considerar todos los argumentos que la madre de mi hija ha esgrimido en contra de La Custodia Compartida.

Después de muchas conciliaciones propuestas por mi parte (ocho conciliaciones) en la última, por fuera de las instalaciones de Bienestar Familiar, he logrado ver a mi hija cinco horas, los sábados y los domingos cada quince días, además de dos horas de cualquier día de cada semana. Se ha avanzado pero sigue siendo un problema de violación de derechos a la igualdad y al bienestar del menor.

Los argumentos que justifica la madre de mi hija, son que se debe evitar en lo absoluto la alteración de las condiciones de mi hija, con esto evitan el amor que también nosotros los padres alienados le podemos dar

Esto dice la madre de mi hija:

“…ella tiene unos espacios ya definidos y que los cambios afectan su condición de bebé. No se debe estar moviendo de un lugar para otro, pues ella debe tener su casa solo donde esta para evitar traumatismos”.

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Esta es mi hija, traumatizada en la casa de su papá, la casa de ella también.

“…en la casa de la niña están sus hermanas y la bebe se debe despertar viéndolas pues es una costumbre, además ella debe tener una preparación y adecuación especiales de acuerdo a su condición de bebe para la hora antes de dormir”.

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No creo que mi hija se despierte muy triste, cuando vea a su padre dispuesto a atenderla. Mi preparación para la hora de dormir no pude hacerla, se durmió en dos segundos.



“…si la niña esta haciendo la siesta, no se la puede llevar. (Condición que en algunas ocasiones es importantísima, pero en otras no)”.

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Cierto día, así me la pude llevar y ayer casi me quedo sin verla, por decisión de la madre.

“…por su condición de bebe, no se puede estar moviendo pues se crearía inestabilidad emocional en la menor”.

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Observen la inestabilidad y la bebe tan des adaptada a nuevos amigos. Que inseguridad emocional tan evidente.

“…Su Horario de comidas y la clase de alimentos es especial y no se puede alterar”

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Es grave, La Compota, El Nestum y la sopita de verduras que le hizo la abuela son diferentes, pues yo compro en Carrefour y la madre de mi hija en el Éxito.

“…A mi y a mis otras hijas nos dan terror los animales y me da miedo que ella pueda correr peligros”

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Yo era el que tenia terror! Porque mi hija se quería montar encima de una vaca! (Tranquilos que no se montó)

En fin queridos Padres por Siempre y amigos llenos de amor para regalar en grandes cantidades a sus hijos, esto es una muestra refrescante y actual que se que todos vivimos constantemente y es mas común de lo que piensan los opositores a la Custodia Compartida.

Entre mas pequeño un hijo, mas es su posibilidad de adaptación, mas nos enamoran, mas nos hacen padres expertos, mas pañales cambiamos y eso es lo que queremos y exigimos, pues la decisión de ser padres fue nuestra y su responsabilidad también.

APLIQUESE A LOS PADRES AMOROSOS, RESPETUOSOS, A AQUELLOS QUE SOBREVIVIMOS A LOS EXAMENENS PSICOLOGICOS QUE NOS MANDARON A HACER, A AQUELLOS QUE LLEVAMOS MESES IMPLORANDO SER PADRES EN ACCIÓN Y NO DE NOMBRE O CHEQUERA.

Con cariño dejo para uso publico esta carta y estas fotos.

Juan Sebastián Restrepo Ramírez

Papa de Juanita

Caso 811 Bienestar Familiar Cartago.

lunes, 18 de febrero de 2008


HOLA A TODOS PUBLICAMOS A CONTINUACION LA ACTUALIZACION DE LOS NUEVOS TELEFONOS CON LOS QUE USTEDES PUEDEN COMUNICACARSE CON NOSOTROS EN COLOMBIA:

TEL: 4932942
313-3574060
311-2228967

domingo, 17 de febrero de 2008

ARTICULO EN EL ESPECTADOR SOBRE CUSTODIA COMPARTIDA

http://www.elespectador.com/ElEspectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=21709&idSeccion=89


sábado, 09 de febrero de 2008

La polémica sobre cuál de los dos padres debe quedarse con la custodia de los hijos en el momento de una separación, comienza a cobrar más fuerza en Colombia por cuenta de un proyecto de ley radicado en el Congreso de la República para ser debatido en los próximos meses, que pretende que sea obligatorio para las parejas divorciadas alternar por períodos de tiempos iguales el cuidado de los niños.

En países como Bélgica, Francia y Alemania ya se está aplicando esta norma. Sin embargo, en Latinoamérica los movimientos feministas se oponen a que los niños no permanezcan con su madre regularmente y tengan que vivir cada cierto tiempo con el padre. Su argumento consiste en que los menores necesitan un hogar estable con normas claras, en donde haya coherencia en la manera de educarlos y disciplinarlos. Lo cual no significa que los papás no puedan participar activamente de su vida.

Infortunadamente, en Colombia, Ecuador, Argentina o Brasil, no todos los padres divorciados pueden ejercer el derecho de compartir tiempo con sus hijos, debido a los malos términos en los que se produce el divorcio. Esto ha generado que quien tiene la custodia de los niños (generalmente la madre) no permita que su ex pareja comparta muchas horas con los pequeños y, en el peor de los casos, ni siquiera pueda verlos.

A raíz de esta tragedia, que aqueja a decenas de papás y mamás, han surgido organizaciones que les ofrecen asesoría jurídica y afectiva. La Fundación Papás por Siempre es una de las más reconocidas del mundo y, aunque en Colombia apenas lleva menos de un año funcionando, ya cuenta con 200 integrantes entre hombres y mujeres, quienes han recurrido desesperados en busca de ayuda para recuperar a sus hijos. En la mayoría de los casos son padres que después de una ardua batalla legal han logrado que el juez de familia regule las visitas un fin de semana cada 15 días. Tiempo que, según ellos, no es suficiente para ejercer su rol ni entablar una relación cercana con los menores.

Cristina Ferrucho, abogada de familia, explica que hay muchos padres colombianos a la espera de que se regule la custodia compartida, pues actualmente existe un gran vacío jurídico, porque aunque la ley establece que el niño compartirá con ambos, no está especificado cuánto tiempo, cómo y en qué casos. Y agrega: “Es una constante que la custodia se la den a la madre, porque a la hora de hacer la separación de cuerpos, los niños están con ella y a menos de que tenga un mal comportamiento, los abandone o empiece a utilizar la custodia como un chantaje, los jueces consideran que los menores están en mejores condiciones con su madre”.

Por su parte, María Elena López, psicóloga experta en conflictos familiares y comportamiento infantil, asegura que si el niño no ve constantemente a uno de sus padres, se genera un gran vacío en su vida, pues cada uno es un referente en cuanto a la adquisición de valores y actitudes. “Lo ideal es que gocen de la compañía, cuidado y protección de ambos padres después del divorcio”.

Lo cierto es que, a pocas semanas de entrar a discusión el proyecto de ley que obliga a las parejas divorciadas a compartir por períodos iguales la custodia de sus hijos, ni los abogados, ni los jueces de familia, ni los mismos padres han logrado ponerse de acuerdo en lo que resultaría más conveniente para los menores. La polémica apenas comienza.

Testimonios


Batalla contra el reloj

Ciro Alfonso Mantilla

Cuando mi hijo tenía ocho meses de nacido, me divorcié. Como la separación fue de común acuerdo, mi ex esposa me dejaba ver al niño todos los fines de semana. Lo recogía el viernes por la tarde y lo regresaba el domingo en la noche. Pero después de cuatro meses fue a hablar con su abogada y ella le sugirió que no me dejara ver más al pequeño hasta que no saliera la sentencia de custodia, porque podía demandarla para quedarme con él.

Fue entonces cuando empezó la tragedia, sentía que me estaban quitando a mi hijo. Pasaron casi cinco meses sin que pudiera verlo. Yo estaba muy mal, lloraba por todo y no sabía qué hacer. Finalmente, ella accedió a ir a una conciliación y acordamos que lo podía visitar un fin de semana cada 15 días. Sin embargo, me parecía muy poquito tiempo. Un padre de familia que no vea a sus hijos en 15 días, por trabajo o compromisos sociales, es catalogado como un mal papá, pero a los padres separados el régimen de visitas nos obliga a verlos sólo unas cuantas horas cada dos semanas. Y mi preocupación es que la distancia genera desamor. Yo simplemente soy un visitante, un completo extraño para él.

Por un hogar estable

Cristina Jaramillo

Mis tres hijos son el tesoro más grande que tengo y no podría soportar vivir sin ellos. Después del divorcio nuestra relación cambió, nos volvimos más cercanos y aunque su padre siempre ha estado presente en sus vidas y participado en las decisiones relacionadas con su educación y salud, soy yo quien los ha criado.

La decisión de que los niños vivieran conmigo fue de mutuo acuerdo. Creo que ellos necesitan un hogar estable y que no pueden estar viviendo un fin de semana con el papá y otro con la mamá. No habría una coherencia en la manera de disciplinarlos y sus vidas serían muy desordenadas. Sin embargo, tanto mi ex marido como yo nos repartimos responsabilidades y los acompañamos en su crecimiento. De esta forma él es un apoyo para mí y para los niños. Los lleva de vacaciones, asiste a las entregas de notas, los invita a cine, está pendiente de sus citas médicas y participa en su formación. Pero soy yo quien lidera este proceso y actúa como la cabeza del hogar.

Papá 24 horas

Mauricio Echavarría

Me divorcié cuando mi hija tenía un año y cuatro meses. La separación, como suele ocurrir, fue traumática. La mamá sencillamente cogió un día a la niña y se fue. No me la quería dejar ver y mi cuñado la sacaba a escondidas de la casa para que pudiera estar con ella. La situación se volvió traumática y tuve que acudir a Bienestar Familiar para que se regularan las visitas. Sin embargo, la mamá las incumplió y sólo me dejaba verla cada 15 días. Para mí, ese es un tiempo muy corto, no puedo estar al tanto de su educación y de su estado de salud. No es justo que termine haciendo el papel de papá helado y papá parque. Mi hija se merece tener un papá de tiempo completo.

Posiciones contrarias

María Andrea Villamil*

El día en que me casé estaba segura de que mi matrimonio iba a durar toda la vida y que juntos construiríamos un hogar estable. Pero antes de nuestro décimo aniversario nos divorciamos. Ni siquiera discutimos con quién vivirían los niños. Era obvio que debía ser con su mamá. Sin embargo, mi hija mayor decidió al poco tiempo que prefería vivir con su padre y tuve que acceder a su petición. Obviamente nunca estábamos de acuerdo con mi ex en los permisos de la niña, la hora de llegada, la forma como debía ser disciplinada. Él era muy laxo y yo demasiado exigente. Hace un año, él le dio permiso para ir a una fiesta. De regreso, en la madrugada, sufrió un accidente. El carro en el que iba se estrelló y ella murió instantáneamente.

“Me muero del susto de perder a mis hijos”

Héctor Ángel Andrade

Mi ex esposa es una mujer exitosa. Trabaja en una multinacional y gana todo el dinero del mundo. Así que cuando nos casamos y nacieron nuestros hijos, acepté apoyarla en su carrera y convertirme en una especie de papá-mamá. Hace dos años nos separamos, al poco tiempo la trasladaron a otro país y los niños se quedaron con la abuela. Fui al Bienestar Familiar y a una comisaría de familia y allá decidieron que los dos pequeños debían vivir conmigo. Así que desde hace un año y un mes estamos los tres juntos. Pero ahora ella quiere llevarse a los niños. Presentó una solicitud para que le otorgaran un permiso por dos años, pero donde ella está ni siquiera hay consulado de Colombia. Soy una persona de clase media y no tengo cómo viajar a verlos y si ella llegara a incumplir el acuerdo o sus jefes la dejaran por más de dos años, no tendría cómo buscar a mis niños, ni cómo pagar un abogado extranjero. Estoy arrodillado del miedo de tener que perder a mis hijos. El juez decidirá la próxima semana.

“No quiero ser paga-recibos”

Juan Gómez*

Mi hijo tiene una excelente mamá, pero también un excelente papá y la batalla que libro es porque ambos tengamos derecho a permanecer con él en equidad de condiciones. Al comienzo de la separación lo veía casi a diario. Pero cuando le conté a mi ex que estaba saliendo con alguien, se puso furiosa y no me dejó volverlo a ver, hasta que la demandé para que reglamentara las visitas. Algunos domingos dejaba que lo viera de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. Pero muchas veces, cuando llegaba a recogerlo habían salido de paseo. Finalmente, el juez determinó que podía estar con él la mitad de las vacaciones y un día a la semana. A mediados de junio del año pasado empecé a buscarle colegio y le propuse a mi ex que nos reuniéramos para discutir el tema. Pero ella lo matriculó donde quiso, a mí sólo me mandó el recibo de la matrícula y la lista de útiles. Terminé convirtiéndome en un papá que da plata y que no puede decidir sobre temas importantes como su educación. Por eso, hace un mes entablé una demanda para quedarme con la custodia.

“Mi bebé no me reconoce”

Alberto Villamarín

El 29 de mayo del año pasado, cuando regresé de un viaje a Medellín, mi esposa se había ido llevándose a nuestra bebé. La llamé, pero no contestaba en el celular ni en la oficina. Un día por fin atendió para explicarme que todo se arreglaría por la vía legal. Acudí a Bienestar Familiar, en donde me informaron que debía pagar una cuota si quería ver a la niña. Y así lo hice. Pero pasó el tiempo y como no logramos conciliar, la demandé para regular las visitas. En agosto el juez estableció que podía estar con la bebé cada 15 días. Mi ex, sin embargo, no acató la orden y la demandé por incumplimiento a una resolución judicial y por ejercicio arbitrario de la custodia. Finalmente, el 8 de diciembre pude ver a mi bebé. Como había pasado tanto tiempo, no me reconoció. Y lo que es peor, mientras la Fiscalía regula las visitas de una manera justa, tengo que aceptar el hecho de que nunca voy a tener una relación paterno-filial, porque no me va a ver como su padre sino como el personaje raro que viene cada 15 días, le compra ropa, se inventa juegos y desaparece.

Todo por amor

Ángela María Rincón*

Tengo una niña de nueve años y un niño de cuatro. Mi marido y yo trabajábamos en la misma empresa en Medellín hasta que nos divorciamos. Al poco tiempo quedé desempleada y tuve que mudarme adonde mi mamá, pero la convivencia fue terrible. Entonces, mi ex marido me propuso que los niños se fueran a vivir con él mientras conseguía trabajo. Para uno como mamá, desprenderse de los hijos es muy difícil. Pero en ese momento él era quien podía mantenerlos. A las dos semanas dejó de contestarme el teléfono y no volví a verlo a él ni a mis hijos. Finalmente supe que se habían mudado a Bello. Lo llamé para contactar a mis niños y respondió que no tenía derecho a verlos porque económicamente no estaba aportando nada. Gracias a Dios una amiga me presentó una abogada. Por ella pude volver a verlos en diciembre y, desde entonces, visitarlos unas horas cada 15 días. Mi propósito es organizarme para pelear por la custodia. Son mis hijos y sólo los cedí porque no quería que pasaran necesidades.

*Nombres cambiados

POEMA DE UN PADRE

Tu Ausencia

By SamakBlue

Jirones se desprenden de mi alma,

Ubicuo se me antoja tu recuerdo,

Amargos despertares sin tu risa,

Nefastas las horas de tu ausencia.

Espera larga y cruel,

Sometidos y abrumados,

Torturados tu y yo,

Expectantes de Dios su milagro,

Bélica y lóbrega disputa,

Amenaza tu ternura e inocencia,

Niñez efímera que no da espera.

Horda infernal

Ufana de su maledicencia,

Entierra nuestros sueños,

Rimbombante se enseñorea,

Triunfo que pronto sucumbe,

Ante el poder de la presencia etérea,

Señor del cielo, quien te hizo mi hijo, quien tu padre a mí me hiciera.